martes, 24 de febrero de 2009

El genio olvidado


Peter Green ayer y hoy

Las circunstancias que rodean la carrera de Peter Green son muy parecidas a las que se dieron con Syd Barrett. Marcó el estilo de una banda emergente, la cual terminó por unos derroteros completamente diferentes después de su renuncia por problemas mentales. A lo largo de los años ha reintentado en ocasiones volver a grabar y actuar, pero nunca ha podido hacerlo con la suficiente constancia. Sin embargo, al contrario de Barrett, la obra de Green quedó casi olvidada hasta que uno de sus más fervientes admiradores, Gary Moore, rescató sus canciones para el fantástico Blues for Greeny (1995). Moore incluso atesora la guitarra Les Paul que Green utilizó para sus discos, y que tiene un defecto en las pastillas que le proporciona un sonido especial.
Fleetwood Mac nació en 1967 como una escisión de la John Mayall's Bluesbreakers. La banda alcanzó un éxito considerable en los primeros 70, haciendo un blues cortante y sin pulir, pero al mismo tiempo muy entroncado en los clásicos. Poco antes de la salida de Green, volaron a Chicago, donde grabaron unas míticas sesiones para la Blue Horizon junto a algunos de los grandes, como Willie Dixon y Otis Spann. Reorganizada la formación en varias ocasiones, alcanzaron el éxito internacional de nuevo mucho más tarde en los derroteros del pop.
Como muestra de la obra de Peter Green, nada mejor que el agrio lamento de este I Loved Another Woman:



Guitarra cortante, letras agrias y una voz perfecta para el lamento del blues, es el legado de un gran genio olvidado.


Peter Green - Long Grey Mare

martes, 17 de febrero de 2009

Romper para avanzar




En esa edad en la que uno se empieza a dar cuenta de que hay algo más que lo que te ofrecen en los 40 Principales, el contacto, casi siempre casual, con ciertos artistas va formando el bagaje musical que luego llevarás en la mochila toda la vida. Eso me ocurrió a mí a los veintitantos años con este disco que hoy os traigo.
Hay ocasiones en que hace falta romper para avanzar, derruir para construir. Ésta ha sido la razón de ser de la extensísima obra del belga Wim Mertens. Eminente musicólogo, por un lado ha estudiado y seleccionado las colecciones de un reputado sello de música clásica, mientras que por otro ha grabado más de 50 discos caracterizados por un término, la ruptura, que es el que le da título a la perla que hoy os traigo.
Después de explorar las más variadas formas orquestales o solistas, se vió encasillado por la crítica en la escuela del llamado "minimalismo" junto a nombres el (intragable para mí) Philip Glass o el primitivo Michael Nyman. Pero su espíritu es demasiado libre para verse atado, así que Mertens para su decimoprimer disco se sacó de la manga una nueva forma de expresión, con un canto en "falsete" inconfundible (los técnicos lo llaman contratenor). Ese disco, A Man Of No Fortune And With A Name To Come (1986), únicamente abrió un camino que, cinco años después, llevó a la cumbre en una auténtica obra maestra: Stratégie de la Rupture (1991).


Wim Mertens - Houfnice

El piano desgrana sus notas como si de un fluido se tratara, mientras que la (en principio chocante) voz de Mertens se nos va metiendo dentro con un apasionamiento totalmente ajeno a la frialdad minimalista. La combinación no nos puede dejar indiferentes. No hay letra, son sólo sílabas sueltas de pronunciación flamenca sin significado. El significado es lo que el espectador siente, nada más.


Wim Mertens - Darpa

Haciendo música tan inusual, resulta asombroso que Mertens haya alcanzado a lo largo de los años un éxito comercial más que considerable. La multinacional EMI ha reeditado y recompilado su obra en multitud de ocasiones y su producción es de tres-cuatro discos al año desde hace dos décadas. Su tema más conocido, el precioso Close Cover ha sido utilizado a menudo en bandas sonoras, sintonías de programas y publicidad.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Perla acústica, rey eléctrico

Me acerco hoy a otro rey, en este caso el Rey del Blues de Texas, el gran Freddie King.
Criado, musicalmente hablando, bajo la tutela de Howlin' Wolf, King se caracterizó especialmente por la potencia de su sonido en directo. Sin embargo, la perla que hoy os traigo de él es una preciosa excepción. Corresponde a su única actuación acústica que hay registrada, realizada en un programa de radio a principios de los 70.


Es una bellísima interpretación del clásico I Believe I Dust My Broom, donde King sube su tono de voz para imitar claramente al intérprete original, Robert Johnson. Por un momento nos imaginamos que el genio de Mississippi hubiera subido de los infiernos aquel día (o Skip James bajado de los cielos). La interpretación es sobrecogedora.

Para contrastar, os dejo aquí el mismo tema tocado con su banda. Ambas grabaciones se pueden encontrar en el extraordinario disco "Live at the Electric Ballroom, 1974"