martes, 15 de abril de 2008

Llamadme Muddy Waters

Siempre que escucho un buen blues lento, me convenzo de que es la única música con derecho a llamarse seria. Es el lamento hecho arte y el resultado, paradójicamente glorioso, de generaciones de esclavitud y sufrimiento. El lamento llevado de África a América en barcos negreros, madurado en infernales campos de algodón del Mississippi, y por último emigrado a los suburbios de Chicago. El mismo camino (Mississippi-Chicago) que un día tuvo que hacer un hombre sencillo llamado McKinley Morganfield, que quiso ser recordado como Muddy Waters (literalmente aguas sucias).

La suerte que tenemos es que tuvo una vida tan larga que, al contrario que otros grandes del blues, nos dio tiempo suficiente de que su trabajo fuera registrado con la suficiente calidad en documentos valiosísimos. Lo que os traigo aquí es una grabación increíble, en los estudios de una televisión alemana, de un Waters pletórico, rompiendonos el alma con su slide. Le acompaña una banda de lujo con especial aportación del gran Jerry Portnoy a la armónica.

El concierto completo, como siempre, en Dimeadozen (requiere registro)

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